Hoy pensaba virar al lado salado de la vida con la quiche de espinacas que comimos ayer, pero no ha podido ser; mi momento propio del día iba por su cuenta.
Llevando a la princess al cole me han dado los buenos días las primeras hojas de otoño, de un amarillo intenso sobre el gris oscuro del suelo, justo delante del portal... buenos días, otoño. El primer pensamiento fue hasta mi cámara de fotos que no suele salir de casa y siempre me arrepiento. El segundo pensamiento ha sido algo así como "ohhhh", por lo bonito y por lástima, y es que me había hecho muchas ilusiones sobre disfrutar el verano aquí que no hace mucho calor, en Oporto, y por las cosas de la vida no pudo ser, así que me despido del verano con la sensación de ni siquiera haberle dado la bienvenida.
De vuelta he entrado en la frutería que hay justo al lado del cole y una pequeña cajita de "las ultimas fresas de la temporada" me estaban haciendo un guiño casi agonizante... lo de agonizante porque estaban ya en las últimas, las pobres, o se las llevaban hoy o a mañana no llegaban... El cartelito del precio me ha dado otro guiño y una sonrisita: 78 céntimos el kilo... y entre otras cosillas se han venido un kilito de rojas pasiones.
Las hojas amarillas y el otoño me han recordado mi infancia, el cole y un recuerdo recurrente: la crema de relleno de los pasteles que comía cuando era pequeña, con un aspecto transparente blanquecino y menos cremosa que la crema pastelera. Es curioso, pero para mi la crema pastelera era lo que yo había comido, y no esa mezcla de leche, huevo, azúcar y harina con vainilla que tanto me aburre y a la que no consigo cogerle el gusto.
Al cabo de un rato de búsquedas intermitentes en internet he encontrado alguna pista, existe una "falsa crema pastelera", que no lleva huevo, y si quieres no lleva ni leche... y me he dicho: al ataque! Experimentos con crema pastelera, quiche, las fresas.... esto suena a que el destino ha puesto en mi camino una tartaleta de fresas... y es que por mucho que uno proponga... el destino es el que dispone.
Tartaleta de fresas sin gluten.
Para no engañar a nadie, esta es una autentica bomba calórica disfrazada de inocente postre frutal. Un autentico lobo con piel de cordero, aviso.
El segundo aviso es que no es una receta sino un experimento de cocina, digamos que practicamente me la he inventado al paso.
jueves, 29 de septiembre de 2011
martes, 27 de septiembre de 2011
COMENZAMOS... CON UNA DE CHURROS CON CHOCOLATE
Hacía tiempo que me rondaba en la cabeza la idea de hacer un blog sobre mis cosillas, pensamientos triviales, pequeñas y grandes aficiones... y éste es el momento. Acaba de nacer y ni siquiera está acabado en su forma, irá cambiando y creciendo, pero el primer paso está dado.
El nombre lo tenia claro, Momentos Propios, porque ya tenía otro blog para esos momentos sobre lo ajeno y lo público. Este es mi espacio para mis pequeñas intimidades para compartir, descubrimientos, aprendizajes, confesiones y mucha cocina. La gastronomía, la nutrición y la cocina siempre me han gustado, pero desde que hace dos años me diagnosticaron celiaquía (bendito diagnostico que me ha devuelto a la vida, la de verdad) se han convertido en mi gran afición.
Dos años, y dos años que hacía que no comía churros, con lo típico que era en casa comer churros... El sábado mi nena se acostó tan pesada con comer "chumdos" que el domingo me levante con el claro propósito de desayunar churritos con chocolate para darle un mimito y dármelo yo también, además de perderle el miedo a eso de freir la masa porque había escuchado muchas películas de terror sobre lo que salta el aceite... Pero nada, muy fáciles, muy ricos, y muy contentas que salimos las dos.
El nombre lo tenia claro, Momentos Propios, porque ya tenía otro blog para esos momentos sobre lo ajeno y lo público. Este es mi espacio para mis pequeñas intimidades para compartir, descubrimientos, aprendizajes, confesiones y mucha cocina. La gastronomía, la nutrición y la cocina siempre me han gustado, pero desde que hace dos años me diagnosticaron celiaquía (bendito diagnostico que me ha devuelto a la vida, la de verdad) se han convertido en mi gran afición.
Dos años, y dos años que hacía que no comía churros, con lo típico que era en casa comer churros... El sábado mi nena se acostó tan pesada con comer "chumdos" que el domingo me levante con el claro propósito de desayunar churritos con chocolate para darle un mimito y dármelo yo también, además de perderle el miedo a eso de freir la masa porque había escuchado muchas películas de terror sobre lo que salta el aceite... Pero nada, muy fáciles, muy ricos, y muy contentas que salimos las dos.
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