TORTITAS Y PROPOSITOS CON MUY BUENAS INTENCIONES

Desde que publiqué la primera entrada de Momentos Propios (no hace ni un mes) empecé a plantearme algunas cuestiones. La primera de estas cuestiones es que "soy una estupenda cocinillas y una nefasta cocinera". Sí, lo confieso, mea culpa.

Para mí esto de la cocina siempre ha sido una cosa de impulsos e intuiciones. Yo no cocino, "hago la comida", nunca compro pensando en una receta sino que invento la receta con lo que hay en la cocina o lo que voy pillando más a mano. Creo que nunca he seguido una receta al pie de la letra, es como una fuerza superior a mi que me hace cambiar o añadir algún ingrediente, modificar las cantidades o fusionarla con otra receta. Más aún, creo que nunca he hecho el mismo plato dos veces... Lo curioso es que siempre sale rico, proporcionado, sabroso,... así que tengo que ser una cocinillas buenisima, ¿no?

Este blog se está convirtiendo también en un propósito de enmienda, de controlar ese impulso de quitar y poner, y empezar a obedecer al papel. En mi primera semana de buenas intenciones he seguido dos recetas al dedillo y no me ha gustado nada el resultado (estoy trabajando en ellas, así que no las revelo hasta que no consiga algo más que decente) así que también va a ser un blog de innovación y creación propia, pero con método. Ese es otra de las cuestiones: no tengo método y ese método es importante para evolucionar y mejorar. Un pintor o un escultor puede ser muy creativamente artista, pero dominar la técnica lo llevará donde quiera ir.

Así que la segunda intención es investigar, catar, identificar la variación en el plato cuando modifico algo, ver como reacciona, hacia donde gira, observar, saborear, conocer.
La mejor noticia para mí es que tengo mi primera victoria, monotema de la semana, algo muy facilito... mis "tortitas mejoradas".

TORTITAS O PANQUEQUES

Ummm, panqueques. Hay pocas cosas desayuno-postre-merienda tan fáciles y socorridas como unas tortitas, con sirope de arce, mermelada, miel, fruta, chocolate, nata,... lo que gustes. Lo más curioso es que hacia años que no las comía, hasta que mi sobrina me trajo hace unos meses un preparado orgánico y sin gluten de regalito desde Nueva York. Estaban ricas, y más siendo un regalo traído con mucho cariño. Estas semanas tocó investigar "la receta".

Empecé por internet, anotando varias recetas, las diferencias y similitudes entre unas y otras. Partiendo y considerando los ingredientes básicos: huevo, leche, harina, azúcar y levadura empecé a probar proporciones. Resultado óptimo: para 1 huevo, 2 o 3 cucharadas de azúcar colmadas (al gusto de dulce), 100 gramos de harina, 100 ml de leche (preferiblemente entera), media cucharadita de levadura química.
Como conseguir las proporciones resultó muy fácil decidí probar variaciones y ver las diferencias, resumiendo las más significativas:

1 huevo, 70 gramos de maizena, 30 gramos de harina de arroz, 50 mililitros de leche y 50 mililitros de kéfir, 2 cucharadas de azúcar, 1 cucharadita de levadura. Estas fueron las más consistentes, fuertes de sabor, con la masa mas "adulta". Muy ricas, distintas.

1 huevo, 100 gramos de mix dolci de schard, 100 mililitros de leche y una cucharadita de levadura, dos cucharadas y media de azúcar, una cucharadita de levadura. Las más esponjosas, tiernas, dulces, blancas. (sin foto)

1 huevo, 75 gramos de mix dolci de schard, 30 gramos de harina de castaña (¡si, de castaña!), 100 mililitros de leche, dos cucharadas de azúcar, 1 cucharadita de levadura... Las mejores, sabrosas como ninguna, esponjosas, por un momento me dejaron sin palabras.

Otras variaciones con yogur, harina de maiz, harina panificable... no dieron un resultado digno de comentarlo.

Trucos y claves para aficionarte a "tus propias tortitas":

1- 100 gramos de harina es un vasito mediano, pesa 100 gramos y ve probando en los vasos y tazas de casa hasta que encuentres uno que sea la medida aproximada, así solo tendrás que poner un vasito de harina, que coincidirá aproximadamente con 100 mililitros de leche igual a medio vasito (mide esto también y mira por donde queda el nivel).

2- La mezcla queda mejor a mano con varillas, no tiene que estar muy trabajada, con mezclar bien los ingredientes hasta conseguir una crema homogénea es bastante, incluso si queda algún grumito pequeño no pasa nada, se deshace cuando se cuece la masa y no se nota.

3- Lo más importante: la masa queda infinitamente mejor si reposa por lo menos media hora, y si la haces por la noche antes de acostarte para hacerlas por la mañana ni te cuento, sólo hay que remover otra vez con las varillas. Si se queda demasiado densa se echan unas gotas más de leche y se bate un poco (si se van a dejar reposar toda la noche se puede añadir añade un pelín más de leche). Si no tenemos mucho tiempo podemos echar un pelín menos de leche, como 90 mililitros, y batimos más enérgicamente.

4- La masa se echa lentamente en una sartén antiaderente. Sólo se pone un poco de mantequilla antes de echar la primera quitando el exceso de grasa con una servilleta, no es necesario más.

5- Con el fuego bajo-medio, la tortita empezará a hacer burbujitas de aire en aproximadamente un minuto (o minuto y medio para la primera) que es el momento en que hay que darle la vuelta con una espátula. Dejamos un minuto por el otro lado y lista, al plato.

6- Para algunos acompañamientos "magros" (sirope de arce, miel, mermelada...) quedan mucho más sabrosas si untamos un poco de mantequilla sobre la tortita ya hecha.

7- Respirar hondo, contar hasta cinco y comerlas sentado a la mesa, con una taza de te o café, mejor con cuchillo y tenedor y sin mirar el reloj... no tragues, disfruta, que son tortitas.

Esta es la harina de castaña... un capricho justificado... ¿no?